Mis luces alcanzan a mostrar unas formas borrosas en el oscuro abismo. Apago la alarma de mi escafandra para evitar distracciones. Ya sé los riesgos. Sumergidas están las claves para entenderlo todo, pero si te descuidas también puede estar tu sepultura, bajo toneladas de escombros. Las estructuras inundadas se conservan a la vez magníficas y mortíferas.
Este planeta tenía una civilización de orgánicos. Mis colegas aseguran que está extinta. Ejemplo clásico, dicen. Cambio climático, refugiados, inestabilidad política, guerra nuclear. Yo estoy seguro que están equivocados. Nado lentamente hacia algo que parece una escotilla. Pongo mi tentáculo sobre el vidrio, y espero.
Súbitamente una mano de cinco dedos se pone contra el vidrio. Como saludando.
La alegría me dura solo unos segundos. Con el ruido ensordecedor, cada vez más fuerte, me doy cuenta que las claves para entenderlo todo seguirán, todavía, sepultadas.