Soneto de verano

Trabajan mucho las bocas traviesas
 en los dias de soleado verano.
 Mastican en el placer cotidiano
 de devorar las fragantes frambuesas.

 Desaparecen también ricas fresas.
 Los niños culpan al pobre gusano.
 Yo feliz que devoren fruto sano
 y guarden espacio para hamburguesas.

 Regala pasto y flores el jardín
 esta mañana fresca y soleada
 donde el tiempo transcurre sin trajín.

 Bella y larga está mi amada tumbada
 en el pasto leyendo un magacín,
 libre al fin de la vida apeñuscada.