Enviado al Concurso de Calaveras literarias de WAGRO, 2019. No ganó premio o reconocimiento. Dos años más tarde la superintendente se fue sin pena ni gloria, con el contrato no renovado.
A la Juneau en Seattle le encanta la pelea, armada de ideología hasta a los niños matonea. Pone padres contra padres, dividiendo más el distrito, gusta saltarse las reglas, dice no al diálogo y sí al grito. Pobre superintendente creyó que iba a ligas mayores, pero la agarró un infarto, terminó donde los pecadores. Don diablo le dijo cariño acá tendrás larga estancia, un año por cada niño que condenaste a la ignorancia. Está el camino al infierno empedrado con tus intenciones, te trajeron acá tus palabras pero también malas acciones. A los maestros regalaste promesas hechas de viento, mataste mentes brillantes, solo para obtener un aumento.