Cajas de cartón con papa y cebolla, triste cartón que acompaña mi hambruna. Verdad que contra el hambre no hay vacuna, solo filas para papa y cebolla. Pongo todo lo que tengo en una olla, mientras respiro aire y observo la luna. Ceno mis memorias una por una, y la agridulce nostalgia me enrolla. Ya me levanto y saco la guitarra, olvido el vacío de cuarentena y canto como en mis tiempos de farra. Canto desvariando, con magra cena. ¿Cuanto quisiera yo comer mojarra, de esas que te fríen en Cartagena?
Soneto enviado como colaboración al proyecto: Poemas para la cuarentena. Un poemario virtual hecho en comunidad para sobrellevar el encierro. Al parecer nunca llegó a tiempo. Típico del año 2020 donde faltaron muchas cosas, y otras nunca llegaron. (http://poemasparalacuarentena.seattleescribe.org/)