Fábula matutina


 

El sábado en la mañana estaba escribiendo. Pocas horas después despierto y todavía es sábado en la mañana. Mi hijo y el café me llaman. El sol está afuera y trata de importunarme a través de las persianas. No los dejo arrancarme de la cama.

El café se comienza a enfriar y mi hijo se rinde, uniéndose a mi pequeña rebelión contra la mañana. Las cobijas se convierten en las paredes de nuestra cueva imaginaria. Yo soy el lobo, y el es lobito. El plan es simple: una de las sábanas será nuestra red de caza. Después de ponerla estratégicamente en un lugar del bosque nos esconderemos en los árboles.

Caperucita y la abuela caen en la trampa. Son nuestra cena, y el tamaño de nuestra barriga aumenta visiblemente bajo la piyama. Pero el cazador se acerca. No hay tiempo de poner la trampa de nuevo. ¿Que hacer? Los lobos no cazamos si tenemos la barriga llena.

Mi hijo y yo nos miramos. Lanzamos la red encima del cazador, y cuando él está en el suelo nos lo comemos, aunque todavía estemos con la panza a reventar. Mañana comenzaremos la dieta. Ahora es sábado por la mañana, y nuestra imaginación no sucumbirá a las limitaciones de las fábulas viejas.

Una voz nos llama. Es hora de desayunar. Mi hijo y yo vamos a la mesa, satisfechos que esta vez el predador si comió su presa.

 

Mis diez cuentos más leídos del 2014


 

Los cuentos de Ivan Fernando Gonzalez comenzaron en Mayo de 2014 como un ejercicio de escritura libre y de aprendizaje, y como una manera de compartir mis cuentos con familia y amigos. Desde Mayo a Diciembre de este año publiqué 65 entradas, entre cuentos, cuenfotos, memorias y fotocitas.

De ese grupo seleccioné las diez entradas más leídas del año para ustedes. Muchas gracias por su apoyo y comentarios. Por favor sigan leyendo y participando!

Los diez cuentos más leídos del 2014:

1) El más leído: bacterias que no mueren, crecen más fuertes en Yo soy la bacteria de tus pesadillas

2) ¿El crimen perfecto? en ADN culpable

3) Los latinos no cabemos en categorías simples, pero ¿Quienes somos los latinos?

4) No todos los cuentos de navidad tienen a Santa Claus, algunos tienen a ENSO.

5) Breve monólogo de un montón de rocas en el espacio

6) La acordeonera: Todos tenemos diferentes motivos para tocar un instrumento, el mío es que la gente se conecte a través de la música, que baile y que sea feliz.

7) Elogio de la hamaca: Porque cuando el encanto de la hamaca sobrevive la niñez, no hay nada mejor en este mundo.

8) El comienzo de una nueva etapa: Verano de Seattle, otoño de Richland.

9) No hay lugar como el hogar: Seattle sí es la Ciudad Esmeralda

10) Yo fui concebido en una noche de conspiración: El demonio en el teléfono

Espero que lo disfruten. Muchas gracias a mi familia y amigos, a mis colegas de Seattle Escribe sin cuyo apoyo no me hubiese animado a publicar nada, y sobre todo a usted, estimado lector, por escoger mis cuentos para pasar sus ratos libres.

Un feliz 2015! Nos vemos con más cuentos de Ivan Fernando Gonzalez.

Los doce de medianoche.

image

Doce amigos escapándose a medianoche, un doce de Diciembre. La coincidencia en los números nos daba algo para distraer el medio que teníamos. Uno de nosotros pintó el numero doce en nuestra balsita, y eso nos hizo sonreír. Salimos de puerto con el menor ruido posible, remando por turnos para avanzar más rápido.

Ya llevamos cinco días a la deriva. Traemos comida y agua para dos semanas, pero no me dejo de preocupar. ¿Y si no pasa un barco? Veinte años atras mi tio y otros miles de cubanos lograron llegar a Estados Unidos. Preferíamos pensar en ellos y no en los otros miles que nunca llegaron, o que terminaron en una cárcel en la isla.

Todos tenemos razones distintas para dejar la isla. Yo tengo la mía. Prefiero no hacerla pública, y repito todas las razones que los otros dicen. La verdad es que un corazón roto no se compara a la democracia o a la pobreza. Pero mi corazón está roto. Y prefiero arriesgar mi vida a ver los ojos de ese hombre un día más. Debo dejar de pensar en él. Decidió buscarse una novia y aparentar. «En esta ciudad no hay espacio para gente como tú y como yo», me dijo.

Me puse a mirar al horizonte. Y ahí apareció un crucero llamado Island Princess.

Rescatados.

Pero por sólo unos días. Probablemente nos devuelvan a la isla.

Alégrense, nos dice el capitán del crucero: el cambio está llegando. Obama levantó las sanciones a Cuba esta mañana. Los demás naúfragos nos miramos. Veo un reflejo de esperanza. Pero para mí, para mí no hay esperanza. No puedo vivir en la misma isla que él, no puedo.

No hay Navidad sin marrano

image

No hay Navidad sin marrano dice la canción en la radio.

La coincidencia mórbida hace que Joshua mire su espejo retrovisor. En la parte de atraz de su camioneta están los cuerpos de veinte marranitos. La diarrea se los llevó en sólo unos días.

El invierno pasado Joshua tuvo suerte. Sus marranos no se contagiaron del virus que diezmó a sus competidores. El año pasado fue el año de las vacas gordas, o mejor dicho el año de las marranas gordas. Buen precio por la carne de cerdo y buenas ganancias. Todas invertidas en la nueva camioneta.

Este invierno la camioneta carga veinte sueños muertos. Una navidad sin regalos.

Ya habló con su vieja. La nochebuena abrán tamales y no lechón. Esta Navidad solo alcanza para un trineo plástico. Lo compartirán los chicos, y todos irán a la nieve en su camioneta, para pasar una Navidad blanca.

Joshua está preocupado, pero aún feliz. Porque este invierno está difícil, pero todavía tiene casa, granja, y camioneta.

No hay Navidad sin marrano dice la canción. Pero Joshua tiene otra idea. No hay Navidad sin familia canta él, y por supuesto tiene razón… hasta que el próximo año los virus pongan su optimismo a prueba.

Despierta perezoso

image

Despierta perezoso.
Ya entra la luz por la ventana.
El mundo gira y ya salimos de la zona oscura.
Aprovecha la vista ininterrumpida de esta estrella que llamamos sol.
Que el sol nos calienta y nos ilumina, y sin el sol no hay vida.

Despierta mi perezoso, porque podemos ver nuestra estrella.
Sin el sol no hay fotosíntesis, que crea vida usando luz, aire, agua, y tierra.
Salgamos a celebrar, que podemos comer pasteles de trigo y miel de abejas.
Sin el sol y las plantas no comeríamos más que piedras.

Despierta mi perezoso, salgamos a celebrar que la luz toca nuestras tierras.

Sol solecito, calientame un poquito.

¿Que no hay nubes mi niño? Pónte la gorra.

Salgamos a celebrar que la tierra gira, y que ahora, en este momento, nuestra estrella brilla afuera.

They came here to help

image

María had just finished watering the dirt outside to try to keep the dust of the unpaved road from coming into the house. She finished putting new straw on top of the kitchen floor and then sat for a few minutes to rest.

Suddenly a bunch of foreigners entered throug the patio’s door, and standing in front of the kitchen asked her: can we take a picture of you? They also asked María to please hold a sign.

María did not understand what the sign said, it wasn’t in Spanish. She asked about it. They told her it said ‘stop world hunger’ in English so people looking at the picture can read it. They took the pictures and then they promptly left.

María, not so sure about what had just happened sat at the kitchen table for a few minutes, looking at the floor, now covered with mud steeps all over it.

They came here to help, she said.  Then she brought a bag of new straw for the kitchen floor. Started cleaning again.

Sobre la muerte de un padre

image

Mi mamá me cuenta que conoció a papá en la universidad. Él era el capitán del equipo de atletismo, medalla de plata en cien metros planos. La sonrisa más hermoza de este mundo que la llenaba de felicidad.

Después de graduarse mi papá entró a administrar la panadería familiar. Mamá me cuenta el trabajaba de madrugada hasta la noche. Él horneaba, él repartía, el vendía, el hacía cuentas. Todo el día sin parar.

Mamá me cuenta, todo el trabajo era para un sueño personal: Que un día sus hijos fueran al extranjero para estudiar. Por ese sueño a romperse el lomo, olvidar las medallas de plata. Para abrir una panadería en la capital.

El éxito de su empresa, cuenta mamá, fue la semilla de la dresgracia. Llegó una persona, con dos fotos, una de mis hermanos saliendo de la escuela. Y otra de mamá, sola en la casa. Papá pagó la suma acordada sin dudar.

Al dia siguiente a empacar maletas. Nos fuimos para Disneylandia. Y eso que todavia no era Navidad. Despues de Mickey Mouse, nunca regresamos a nuestra house. Las maletas se quedaron empacadas en el motel. Los pasaportes guardados en una caja de zapatos.

Recuerdo a papá saliendo con frio a la calle, a trabajar. Mamá me cuenta que él comenzó como lavaplatos, luego a ayudante de cocina. Varios inviernos pasaron. Papá ganó varios años, y también muchos kilos. Conseguimos apartamento. Aprendimos inglés, y pudimos estudiar.

Era otra madrugada de diciembre. Papá llegaba al trabajo. La migra ya estaba afuera, requisando, buscando papeles. Él salió corriendo apenas los vio. Increíble velocidad, ningún policía lo iba a alcanzar. Pero a mi papá no lo alcanzó la migra sino la edad. Lo encontraron a la media hora, tirado en el suelo. Muerte por causas naturales, infarto al miocardio.

Mamá me dice que no esté triste. Que todo pasa por una razón, y que ahora que estoy en la universidad mi papá va estar muy feliz, allá en el cielo. Yo trato de tragarme esta furia. Pero no puedo. Me robaron el pais de mi infancia, me robaron a mi papá. Y mi título universitario de qué me sirve si no puedo trabajar.

Sobre la muerte de un universitario

IMPORTANTE: NO BOTAR!

image

Por favor le ruego por lo más sagrado que le lleve este papel a mi madre. Que no pese sobre su conciencia el dejar a una mamá esperando por noticias sobre su hijo.

Su nombre es Raquel Martinez de Blanco. La puede encontrar en el mercadillo de San Joaquín de los Vientos, ella trabaja en el puesto de frutas a la izquierda de la entrada principal. También la puede encontrar en la segunda cuadra de la Avenida Independencia en el barrio Rosedal, en la casa verde sin número, al lado del poste de luz.

Madre:

Le escribo si mucha esperanza de que nos volvamos a ver. No le dije esta mañana, pero mi paseo en bus no era un paseo. Los compañeros y yo estábamos yendo a una marcha estudiantil. Discúlpeme por mentirle.

A mediodía nos pararon en un retén de la policía. Nos hicieron bajar a todos y nos requizaron, nos pidieron nuestras identificaciones. Luego hombres vestidos de civil entraron a los buses y sacaron todas nuestras mochilas, las pusieron en la parte de atras de un camión. Nos hicieron quitar los zapatos y las camisas, nos hicieron poner nuestras billeteras en una bolsa plástica y decomisaron los celulares de mis compañeros.

Llevamos horas en el bus. Hace frío y cada vez tengo menos esperanzas de que regrecemos al pueblo. Discúlpeme por hacerla sufrir madre. Yo siempre me esforcé por ser un buen estudiante. Por estudiar y ser un profesional para poder sacarla de la pobreza. Pero si no hubiese venido a la protesta con los compañeros ellos estarían acá en el bus camino al olvido, y yo como un cobarde acostado en mi cama. Ahora tengo miedo. Tengo mucho miedo y mucho frío. Si mañana no aparezco madre, quiero que sepa que yo la quiero mucho. Sepa que si muero fue por algo en lo que creo profundamente.

No me olvide madre, y por favor reze por mí.

Manuel.